
¿Cuál es el problema central histórico de Capilla del Monte y qué podemos hacer?
Capilla del Monte es una ciudad en la que creció rápidamente su demografía hasta convertirse en una ciudad. Sin embargo en las administraciones desde hace más de una década no ejecutaron políticas propias de esta escala. Mientras tanto la ciudad sigue creciendo sin planificación. La problemática es sistémica y la resumimos en estos puntos:
CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO
Capilla del Monte duplicó su población en muy poco tiempo.

DESARROLLO INMOBILIARIO EXTENSIVO
La demanda inmobiliaria creció en loteos alejados del centro provocando una demanda de servicios municipales extensiva.

FALTA DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL DEL MUNICIPIO
La política de los últimos 15 años no buscó una planificación y gestión adecuada del territorio acorde a ese crecimiento.

DEFICIENCIA DE SERVICIOS BÁSICOS
La falta de planificación del crecimiento generó una deficiencia en servicios sanitarios, transporte, comunicación, etc.

DISMINUYE EL DESARROLLO ECONÓMICO
La precariedad de los servicios municipales causa desinversión en el sector turístico entre otros sectores, afectando al desarrollo económico.

MENOR RECAUDACIÓN DE TASAS
Cuanto más afectado se ve el desarrollo económico, menos trabajo hay, menos dinero tienen las personas y menos tasas terminan pagando.

PEORES SERVICIOS BÁSICOS
Este mecanismo se convierte en un círculo vicioso, cuanto más crece la ciudad de esta manera, peor se desarrolla.
¿Qué herramientas tenemos para cambiar esta situación?
El crecimiento demográfico (punto 1) es inevitable, pero puede ser administrado. La raíz del problema está en la falta de ordenamiento territorial (punto 2). Todos los partidos hablan del mismo punto, pero nadie cuando llegó al gobierno lo ha afrontado. Esto se debe a dos posibles causas: desinterés y/o intereses contrapuestos.
Los partidos políticos de grandes estructuras priorizan una agenda que no suele responder a las necesidades locales, e incluso responde a negocios con el territorio. Eso hace que la planificación local esté vinculado a negocios de la política disfrazados de necesidades sociales.
Nuestro principio es que el territorio sea diseñado y planificado por quienes lo habitan y no por intereses ajenos.
Entonces las herramientas que tenemos son dos: el ordenamiento territorial participativo y un gobierno con intereses locales.
El ordenamiento territorial participativo implica que la planificación para el desarrollo de la ciudad debe estar en manos de la ciudadanía. Es un enfoque de planificación que busca involucrar a la comunidad en el proceso de toma de decisiones sobre el desarrollo de su entorno. Se basa en la idea de que la comunidad es la que mejor conoce sus necesidades y problemas, por lo que su participación es fundamental para asegurar que se aborden de manera adecuada y se desarrollen soluciones efectivas y con transparencia.
Un gobierno con intereses locales, evita que una estructura de poder partidaria tenga un candidato obediente a los intereses que lo pusieron en el puesto. Evita que haya sobreprecios para pagar campañas políticas, evita que haya negocios inmobiliarios que afecten negativamente a la ciudad, evita que se deterioren las herramientas de control ciudadano (como los balances), evita una pobre ejecución de obra pública por contratar por amiguismo, etc.